Al pintar el círculo se refleja nuestro estado interior:
"...el monje zen toma un pincel lleno de tinta contemplando el papel. Su posición corporal y su mente es la misma que cuando hace zazen (meditación). Rápidamente y con un solo trazo dibuja el círculo."
Es perfecto dentro de sus imperfecciones, Fukinsei (negación de la perfección), y se dibuja sin cerrar, expresando que no está contenido en sí mismo sino abierto a todo lo que es.
Sólo una persona "realizada" puede trazar un Ensō auténtico... Algunos artistas practican su dibujo como una forma de entrenamiento espiritual.
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acuarela, 20x20cms |
Experimentar con el color, con las texturas y la forma circular en momentos de calma, supone un sencillo ejercicio con el que poder acariciar el silencio y soborear lo simple.
acrílico y acuarela sobre papel. 50x60cms Cuando el zapato se adapta "Ch'ui, el diseñador, era capaz de trazar círculos más perfectos a mano alzada que con un compás. Sus dedos hacían brotar formas espontáneás de la nada, su mente estaba mientras tanto libre y sin preocupaciones acerca de lo que estaba haciendo. No le era necesario aplicarse, porque su mente era perfectamente simple y desconocía obstáculo alguno. A igual que cuando el zapato se adapta se olvida el pie; cuando el cinturón se adapta, se olvida el estómago; cuando el corazón está bien, el pro y el contra se olvidan. Sin inclinaciones, sin compulsiones, sin necesidades, sin atracciones: entonces los asuntos de uno están bajo su control y uno se convierte en una persona libre..." |
Del libro "El camino de Chuang Tzu, de Tomás Mertón